Ya hemos visto y hablado, en otras ocasiones, de que la vida está llena de circunstancias personales y acontecimientos, muchos de los cuales no podemos controlar, ocurren y punto, nos gusten y o no.
A veces ocurren cosas distintas a lo que habíamos planeado y como hay situaciones y circunstancias que escapan a nuestro control, es importante saber fluir con lo que pase y con lo que el día a día nos depara en cada momento, lo hayamos planeado o no, nos guste o no. ¡Es lo que es, qué le vamos a hacer!. Si permanecemos fuertes, podremos “jugar” con la vida. Siendo flexibles, procurando estar presentes y conscientes y priorizando en cada momento lo que es importante.
Algunas de las causas del estrés:
- No poder abarcar todo lo que tenemos en nuestro día a día, exceso de “que-haceres”: nos auto-imponemos multitud de tareas que no podemos realizar. Las circunstancias personales son más grandes que nosotros, nos superan. Hay que saber priorizar, agendar, postergar si no es el momento y delegar.
- Rigidez: falta de flexibilidad para fluir con lo nuevo e inesperado. Adaptarse a los cambios
- Debilidad del sistema nervioso: alimentación extrema con efectos desmineralizantes y debilitantes. Llevar una dieta sana y equilibrada es fundamental.
- Falta de descanso: hay que dedicar un 1/3 del día. Dormir 7-8 horas y tomarte pequeños descansos en tu jornada.
- Falta de movimiento y ejercicio físico. Vida sedentaria. Muévete, sube escaleras, anda, practica ejercicio…
- Desconexión de la rutina: sacar un rato al día para nosotros para hacer actividades que nos gusten y motiven (música, lectura, masaje, baile, deporte, amigos…)
- Falta de conexión con el presente: El estar enfocados en el pasado o futuro y desconectar del presente, que es lo único real. Céntrate en el momento actual: si comes, comes; si trabaja, trabaja; si estás con un amigo, disfrútalo…obsérvate la de veces que tus pensamientos te llevan fuera del momento actual y vuelve cuando te des cuenta, no alimentes el pensamiento.
El estrés afecta directamente a qué comemos, cómo comemos, dónde, velocidad a la que comemos… En relación a la alimentación, la medicina tradicional china, nos dice que la base de nuestra alimentación debería constar principalmente, de alimentos de vibración moderada:
- Hidratos de carbono y cereales integrales (avena, quinoa arroz y pasta integral o de espelta-centeno- trigo sarraceno…)
- Proteínas vegetales (legumbres como guisante, garbanzos, lentejas…)
- Pescado (atún, salmón…)
- Semillas (sésamo, lino, girasol, calabaza…)
- Frutas locales y de temporada y frutos secos naturales (pasas, orejones, almendras crudas, nueces…)
- Vegetales de hoja verde (canónigo, rúcula, espinacas…), Verduras verdes y de raíz (batata, zanahoria, remolacha, apio, batata, brócoli…)
- Algas de mar (wakame, nori, espaguetis de mar…)
- Grasas saludables: aceite oliva, semillas, frutos secos, aguacate…
- Condimentos y endulzantes naturales (stevia natural…).
- Una buena hidratación, bebe agua entre comidas.
El consumo regular de estos alimentos genera bienestar, equilibrio y conexión.
El cambio personal se consigue a través de un cambio de hábitos. Cuidarse por dentro y por fuera, es el hábito más saludable. ¿Cuándo empezamos?
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