Una persona que acepta su cuerpo, tal cual es, que no controla ni busca una perfección prácticamente inexistente, es una persona que se permite ser ella misma. Sabiendo que hay aspectos de ella que le gustan más y otros menos. Pero vive en esa satisfacción.
El control y la no aceptación nos lleva al juicio, a la crítica, a la lucha sin sentido.
El maltrato y la agresión, no vienen de fuera, viene de nosotras mismas en la gran mayoría de las ocasiones.
“Dios, que gorda estoy”
“Vaya cuerpo, vaya celulitis, vaya flacidez…»
“Qué barrigota, qué piernas, que culo…»
“No me queda nada bien”
“Odio probarme ropa”
“Yo no voy a la playa o piscina, y si voy procuro taparme y que no me vean en ropa de baño”
“Qué poco me gusta mi cuerpo, mi barriga, mi pecho, mis piernas…”
Estar en una batalla constante, entre lo que tenemos y lo que no, entre lo que nos sobra y falta, entre lo que no nos gusta y anhelamos, entre lo que nos gustaría y contra lo que hay.
Esa eterna lucha entre deseos y realidades que se contraponen y que nos está jodiendo la vida de ahora, el presente. Anhelando algo que pensamos nos dará una supuesta felicidad que no llega.
Esta no reconciliación, te generará un conflicto de imagen y rechazo corporal que te llevará a más sufrimiento, estrés, malestar, impotencia…. y una peor relación con la comida y contigo misma.
Y mientras estés entre esos dos mundos, lo real y lo ideal, según tu percepción, te estás olvidando lo más importante, VIVIR.
La vida es ahora, y el tiempo es vida, es lo único que no se puede recuperar.
Amiga, aceptarse no es resignarse, no es dejadez, no es pasividad, no es pasar de ti o de hacer mejoras…
Aceptarse es un acto de amor a ti, a tu cuerpo, es empezar a mirar con otra mirada, tu historia, la historia que te cuentas cada día.
Y es una decisión que puedes tomar hoy. Si, aceptarte, valorarte, amarte, tratarte bien, respetar tu cuerpo, cuidarte… es una decisión, Es decidir hoy, ahora, que vas a hacer las paces con tu cuerpo y contigo misma y que vas a dejar de luchar y de agredirte (verbal y con tu mirada),
Tu relación con la comida no llegará hasta que primero no cambies tu relación contigo y tu cuerpo, que si te fijas, es la relación con tu vida.
La lucha contigo misma, la lucha con tu cuerpo, la lucha con tu realidad, NO TIENE SENTIDO.
Desde ahí es IMPOSIBLE, cuidarte, amarte, respetarte, valorarte… y si tienes hijas no quiero imaginar el ejemplo que le das.
Aquí el orden de los factores sí es importante, primero tomas la decisión hoy, de reconquistarte. Y hacer las paces con todo eso que no te mola de ti y de tu cuerpo (de tu vida) y, desde esa aceptación, empiezas un camino de comprensión desde el corazón y autocuidado. Y desde aquí, desde esta calma y aceptación es más fácil tomar decisiones alineadas a lo que realmente quieres (= lograr una relación en calma y en paz contigo, tu cuerpo y con la comida).
El proceso de sanar tu relación contigo, con tu cuerpo y con la comida, empieza tomando una decisión firme y determinante, de aceptar tu realidad tal cual es (por poco que te guste) y empezar un viaje de regreso a ti.
Si estás esperando a quererte, a llevarte bien contigo misma, a que tengas la talla X o Y o Z, o pesar tal o cual… te vas a morir esperando.
Porque ya has visto que esa opción no funciona, no a largo plazo ni para siempre.
Amiga, no esperes a septiembre, enero, cuando los niños crezcan o… para sumergirte en un proceso de autoconocimiento usando como impulsor del cambio tu relación con la comida, tu cuerpo y contigo misma.
La inversión en ti y tu bienestar, es la mejor inversión que puedes hacer en tu vida.
Coger la riendas de tu vida, adueñarte de tu poder personal, empezar a habitar tu cuerpo es un cambio de vida radical. Cuando tú cambias, tu vida cambia 360.
Si llevas años luchando con tu cuerpo, con la comida… solo hay dos opciones, quedarte donde estás y seguir luchando contigo misma, algo que tiene muy poco sentido y te genera sufrimiento o salir de ahí, y empezar un camino sin retorno, el de la ACEPTACIÓN, AUTOCUIDADO Y AUTOAMOR, el de la libertad.
Un abrazote cargado de energía.
May
P.D. Si quieres un cambio, yo te puedo acompañar en tu proceso de transformación personal para conseguir una relación sana y en calma con la comida, con tu cuerpo y contigo misma.
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