Tu relación con la comida en época de crisis

El uso de la comida como «parche» para sentirte bien.

Hay muchísimos factores, impulsos/impactos, externos e internos, que influyen a la hora de comer y en tu relación con la comida

Cuando tomas la decisión consciente o inconsciente de comer o no una cosa u otra, hay muchos factores que participan e influyen en esa decisión y en tu forma de comer.

Dónde has nacido y te has criado, la cultura, la familia, las tradiciones, el estilo de trabajo, la edad, la salud, las experiencias, los recursos económicos…y también, por supuesto, tus pensamientos, creencias, emociones, estado emocional.

¿Qué crees sobre la comida, sobre tu cuerpo…? ¿Cómo eran tus comidas de pequeña?  ¿Qué te decían en relación a la comida tus referentes, padres, tutores…? ¿Qué te dices en relación a la comida?

Todo eso impacta en tu relación con la comida, y tu manera de comer.

Y lo qué está pasando en tu vida, en este momento, tus circunstancias personales, familiares, sociales… puede repercutir en tu manera de relacionarte con tu estilo de alimentación.

Ahora, por la situación inesperada, y totalmente nueva y desconocida para todos, que estamos viviendo, se han activado memorias de miedos, inseguridades… Es como si estuviéramos en un estado de alerta constante, por la gran incertidumbre que esta situación actual, está generando. Eso conlleva estrés, ansiedad, inseguridad… La situación actual, ha hecho que hayamos cambiado nuestras rutinas, de un día para otro, y eso, ha afectado a nuestra forma de vivir, de relacionarnos y de comer.

Ahora estamos (la gran mayoría) todo el tiempo en casa. Para algunas personas con el acompañamiento de toda la familia, los niños, la pareja, incluso sus mayores … y para otras, les toca vivirlo en soledad, o con una misma (como yo). Las dos situaciones pueden generarnos estrés. Casi nadie se libra hoy, de sensaciones incómodas.

Nuestra forma de comer es un reflejo de lo que pasa en nuestro interior y nuestro exterior.

Nuestra forma de comer no es lineal, según lo que ocurra en nuestra vida puede ir cambiando (situaciones de enfermedad, de estrés..). Es algo, normal y natural.

Y cuando la vida te cambia todo, en un momento, hay un período de adaptación que requiere su tiempo. Lo interesante es llevar estos cambios, como una oportunidad de conocernos mejor.

El uso de la comida como parche (= recurso-instrumento-medio-vehículo).

Para muchas personas, la comida ha servido como un recurso aprendido para gestionar emociones, ante situaciones de estrés y/o cubrir ciertas necesidades (seguridad, protección, compañía, sentirse bien…). Y es normal, que ante los cambios inesperados, situaciones intensas, se nos mueven todo…  y echemos mano, de «algo» tan habitual y a mano, como es la comida.

Asociamos la alimentación y las emociones, desde bebés. Ya que, desde pequeños, acudimos a la mami y a la comida porque es un acto que nos da seguridad, nos tranquiliza, nos acerca a un lugar seguro (mama es  = alimento = seguridad = confort = consuelo = calma = dulzor). El alimento genera químicos que nos hacen sentir bien, como serotonina, endorfinas … y eso, nos ayuda a relajarnos (aunque sea momentáneamente).

Por eso, es importante, darle la naturalidad a sentirnos así, y saber que la comida es un recurso más, (como puede ser el tabaco, las compras, el alcohol…o parches más «ecológicos» y útiles, como deporte, escribir, leer, escuchar música, pintar, bordar..). Es un medio que usamos para sentirnos mejor, eso sí, momentáneamente, porque el problema va a seguir estando. Hay otros recursos, además de la comida para generar estado de bienestar, no solo a corto plazo.

Si tu vía de escape, tu recurso, para sentirte mejor, es la comida, de forma habitual. Yo te invito a que veas esa relación tú y la comida, de una manera diferente, a partir de hoy.

¿Y si usas tu relación con la comida para conocerte?

Mirar adentro para saber cuándo la usas y para qué, te va a llevar a tomar consciencia de qué está pasando dentro de ti. Tomar consciencia de la información que te da, del mensaje que hay detrás, del solo hecho de comer. Es una manera de conocerte.

El comer como parche, te da el mensaje de cómo te sentimos y qué necesitas. ¿Y si dejas de parchear tus malestares con la comida? Puedes aprender mucho de ti, a través de esta relación (comida y tú). Para eso te invito a parar, hacer esa pausa antes de lanzarte a comer. Poner atención en tu sentir, aprender a escucharte para ver que estás  necesitando, de verdad.

“Como porque estoy aburrida, como porque tengo ansiedad, como porque me siento sola…”

Si pones atención y empiezas a poner tu foco en tu sentir, y empiezas a observarte con curiosidad, sin juzgarte, como si estuvieras viéndote en una peli y tú fueras la protagonista. Y cuando te veas, con ganas de picoteo, o comiendo de más… simplemente, obsérvate sin juicios:

¿De qué me informa ahora ese mensaje? ¿Qué me quiere decir? ¿Para qué quiero ese antojo? ¿Es hambre real o solo quiero cambiar el estado en el que me encuentro?»

Si te paras para ver el mensaje que te trae esa emoción, ese sentir, puedes conocer esa parte de ti, que tal vez, has callado durante mucho tiempo, con comida.

Yo como coach que soy, te invito, a que te hagas preguntas, para que tú misma te des las respuestas de qué necesitas:

¿Para qué estoy comiendo diferente?

En momentos de crisis personales, y ahora, en este momento actual, con la situación que estamos viviendo, es natural y normal, que cada persona, use los recursos que conoce y tiene a mano. Estamos viviendo cambios y es más, han sido de un día para otro. Y te repito, es normal que hayas cambiado tú, tu relación con la comida, tus hábitos, tu vida…

Cambios intensos, rápidos, adaptación si o si, de un día para otro. Y si vemos y vamos, más allá, podemos aprovechar esta situación desfavorable, para sacar muchas cosas favorables. Estos cambios los podemos usar, para conocernos en las adversidades, para conocernos como nos manejamos emocionalmente y mentalmente. Cómo estamos gestionando esta situación, dice mucho de nosotros y de nuestra manera de ser y estar en el mundo.

Nuestras relaciones son una manera de conocernos, e igual pasa en la relación con la comida. La comida es nuestra gasolina, y nos da, además, placer, pero también puede ser un medio, un vehículo, un recurso, para sentirnos bien, en calma, gestionar emociones, para cubrir necesidades…

Ante una situación como la que estamos viviendo, nuestro cuerpo se siente en peligro y activa el estado de alerta. Nuestra necesidad de seguridad (física, psicológica, económica…) se tambalea, y es normal, acudir a un recurso aprendido para calmarnos, como la comida.

Las circunstancias han cambiado, tú también, tu relación con la comida y tu estilo de vida, puede que también.

Pregúntate: «¿Y si aprendo de mi, en mi relación con la comida? ¿Y si voy adentro y conecto conmigo misma, en vez de tapar con la comida lo que siento?»

Esta situación te está invitando sí o sí, a ir hacia adentro. Llevar la atención a lo interior. Dejar de poner la atención tanto afuera y reconectar contigo a un nivel más íntimo. Coger las riendas de tu mente, abrazar tus emociones, hacerte dueña de tus acciones y de tu situación, ahora.

La comida es solo una manera de relacionarte con «eso» que pasa, dentro y fuera de ti. Es un recurso, un medio, que te ayuda a gestionar las emociones pero no siempre es el mejor recurso, ni el más útil, o productivo. La comida bajará tu estado de estrés, ansiedad, angustia y malestar en general, y, no dudo que te dará calma, pero…lo hará solo momentáneamente. El problema seguirá cuando termines de comer y encima añadirás un sentimiento de impotencia, culpa, vergüenza, frustración…

Pregúntate:

  • ¿Qué necesidad hay debajo? no te quedes en la superficie, ve más allá.
  • ¿Cómo estás interpretando lo que ocurre? ¿Qué tipo de pensamientos tienes la mayor parte del día?
  • ¿Cómo estás experimentando y viviendo esta situación? ¿Qué es lo que te dices, lees, ves, escuchas, hablas…?

Hazte preguntas con mucha curiosidad y autocompasión:

Antes de lanzarte a comer…pregúntate:

  • ¿Para qué está, en este momento, este antojo o necesidad de comer «XXX»?
  • ¿Realmente tengo hambre física, o quiero cambiar el estado en el que me encuentro?
  • ¿Es un hábito de media tarde, noche, es algo más emocional…?
  • ¿Qué me quiere decir?
  • ¿Y si me relaciono con “eso” de forma diferente en este momento?
  • ¿En qué momentos me pasa?
  • ¿Qué alimento es el que me suele apetecer, dulce, salado, bollería, lácteo…?
  • ¿Lo tengo asociado con algo de pequeña…?
  • ¿Qué hora suele ser? ¿Suele ser a media tarde, noche…? ¿Me da en algún momento concreto del día?
  • ¿Dónde estoy? ahora en casa, pero ve más atrás en el tiempo.
  • ¿Qué estoy haciendo? es momento de (tele) trabajo, no trabajo, niños, nada…
  • ¿Con quién estoy? niños, pareja, sola…
  • ¿Cómo me sientes? triste, sola, enfadada, angustiada, estresada, ansiosa, impotente…

Y si….te PARAS, y pones atención en tu SENTIR, llevas el foco a tu RESPIRACIÓN (solo respira y siente) y desde la observación más autocompasiva (sé amable contigo, no te juzgues), te empiezas a relacionar, con TODO ESO, desde la curiosidad, amabilidad… Es ahí, donde cambia tu manera de verlo todo.

En cambio, si lo haces desde tu crítico, desde tu juez interior, desde el no permitirte sentir lo que sientes, es dónde aparece esa lucha interna, y con ella, la culpa, enfado, frustración… y ahí, se generan todas esas emociones, sensaciones y sentimientos, que realmente queremos evitar. Por lo que le damos más energía a todo lo que no queremos y generamos el efecto contrario.

Nuestros recursos (comida, en este caso) aparecen cuando hay alguna situación (interna/externa) vivida con mucha emocionalidad e intensidad y al no tener una buena gestión emocional, acudimos a algún recurso/medio, ya conocido, para calmarnos (comida, tabaco, alcohol…). El problemas es cuando usamos, por regla general, la comida como ese parche, o recurso. Es nuestro mecanismo principal para calmarnos en situaciones difíciles. Es decir, no sabemos gestionar si no es con la comida.

Sentimos algo, que no sabemos manejar y por eso, acudimos a nuestro “recurso aprendido», que tenemos asociado a que en el pasado nos ha ayudado a manejar nuestros estados emocionales y la usamos para tapar, calmar nuestros malestares (mami = alimento = calma = seguridad = protección = confort = consuelo = afecto…).

¿Cuáles serían otras formas, para ti, de manejar la situación sin tener que acudir a la comida como único medio para sentirte en calma?

La comida o ciertos alimentos pueden ser un recurso, y es verdad, que tienen un efecto calmante, que nos hace sentir bien…pero no siempre es el mejor recurso, ni el más útil o productivo, como te he comentado antes.

Si lo que sientes es miedo, ansiedad, soledad…la comida no te va a quitar ese miedo o ansiedad, o tu soledad. Ojalá la comida pudiera quitarte, de verdad, ese miedo, malestar, o lo que sea que sientes… pero no es así.

Hay que dejar de pedir a la comida lo que no puede darte.

Te puede aliviar, no hay duda, te baja la intensidad, no hay duda, pero… solo momentáneamente. ¡¡Solo eso!!

Hay un trabajo de cada una, a nivel profundo, íntimo.

Pregúntate:

¿De qué manera puedo bajar la ansiedad, estrés, malestar… no solo a corto plazo? ¿Cómo puedo manejar mi ansiedad, mi aburrimiento, esa sensación de soledad, estrés…?

Busca otras estrategias, otros recursos sin acudir a la comida.

Seguro hay otras muchas cosas que te hacen sentir bien, sin acudir a la comida. Bien a largo plazo.

Si a la primera que te encuentras mal, incómoda, no te paras a ver qué mensaje te da esa emoción/sentir que te incomoda, solo estás tapando o poniendo una tirita en la herida, pero no curándola.

Obsérvate, y solo respira y siente. Verás que no pasa nada, solo hay que sentir lo que sientes y se irá diluyendo, y entonces, podrás tomar decisiones más conscientes en un estado más calmado.

No tengas miedo a sentir. La incomodidad y la incertidumbre son parte del ser humano, de la vida. Mira qué emoción/sentir hay de fondo, y escucha el mensaje antes de taparla con comida.

Pregúntate:

  • ¿Cómo puedo darle un sentido más de amor a este momento?
  • ¿Cómo puedo gestionar de una forma más ecológica lo que siento en este momento?
  • ¿Qué estoy sintiendo? ¿Dónde lo siento? Ponle nombre a lo que sientes…y déjate sentir, sin hacer nada más.

Por ejemplo:

«Siento miedo». Es falta de seguridad. ¿Cómo me puedo sentir más segura, ahora? Dite: «Realmente estoy segura, estoy en casa, tengo comida, agua, salud… «AHORA está todo bien. Ocúpate de lo único que tienes, ahora, que es este momento.

«Siento aburrimiento». Es darle sentido a este momento, a tu día. Pero, ¿qué pasa si no haces nada, solo SER? No hacer nada a veces, es mucho. Busca actividades que te hagan sentir bien (música, pintura, punto, baile, ejercicio físico, lectura, escritura, peli, llamada, vídeos de crecimiento personal, audiolibros, baño, juega con los peques, ayuda a alguien…)

«Me siento con ansiedad por la incertidumbre. Pues no te queda más que aceptarla, porque es parte de la vida. Suelta esos pensamientos del futuro, o de lo que fue, o de lo que se podía haber hecho y no se hizo. Ocúpate de hoy, de este momento. Practica la Atención Plena a este momento. Entrénate en la práctica del Mindfulness. Ocúpate de qué piensas, qué sientes, qué haces, ahora…».

Date permiso para EXPRESAR tus emociones: tu miedo, tu tristeza, tu angustia…. o lo que sientas. Si lo puedes comentar con alguien, que te pueda apoyar y desahogar genial (sin meterte más «Mierda» en tu cabecita), y si no, lo escribes en un papel y luego arrugas o rompes o quemas (muy liberador). Y si sola no puedes, pide ayuda a un profesional. Pero… descárgalo de tu mente, no te lo comas, no te lo calles.

Cuida tu lenguaje interior, lo que hablas, escuchas, ves…

¿Y si empezamos a usar palabras que no generen miedos?

Cuidado con las palabras que usas. Ya que con nuestro lenguaje (interno y externo), generamos pensamientos, emociones y definimos nuestra experiencia.

La Práctica de la Atención plena te puede ayudar en tu día a día, en general. Y la Alimentación Consciente te puede ayudar en tu relación en la comida, en particular.

Y si realmente quieres dejar de usar la comida como único recurso ante tus malestares, la Práctica de la Alimentación Consciente, puede ayudarte mucho. El cultivo de la atención plena, llevada a la comida, hará que cambies totalmente tu forma de relacionarte con la comida, con tu cuerpo y contigo misma.

  • ¿Y si aprovechas estos días para trabajar tu relación con la comida?
  • ¿Y si aprendes a gestionar la ansiedad, tus malestares, de una manera más ecológica, productiva, útil… sin tener que acudir a la comida?

De verdad, quiero ayudarte y acompañarte estos días. Por ello, estoy aportando y compartiendo contenido de valor.

Y si quieres ir más allá, yo puedo acompañarte a lograr una relación sana con la comida, con tu cuerpo y contigo misma.

Tu vida cambiará, cuando tú cambies. La VIDA te está invitando constantemente a «estar en casa» =  «volver a ti», volver a conectarte con tus necesidades ignoradas.

Te invito a un café virtual para que me cuentes tu historia e inquietudes y yo te cuento cómo podría ayudarte a resolverlo.

Reserva aquí tu sesión. Yo invito al café  ☕️>>

Un abrazote al corazón 
May

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PD. Hay que ir pensando en la recuperación de toda esta experiencia. ¡¡Saldremos, claro que sí!! y mejor si salimos unidos, más humanos, más conscientes, amorosos y fortalecidos.

Regálate estos 13 minutos y 31 segundos.

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Sí, es lo que dura el audio de regalo que he creado para ti (potente, potente).

Una conversación privada de amigas, entre tú y yo, en la que te voy a llevar a tomar consciencia en tu relación contigo y con la comida.

¡Y más cosas!

Dentro encontrarás una de las herramientas más poderosas que yo uso de toma de conciencia y por supuesto, te voy a proponer un pequeño reto para que empieces a dar tus primeros pasos hacia una relación en paz y libre.

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Soy May,
Coach NutriEmocional

Para saber quién soy al detalle, comienza por aquí.

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13 minutos y 31 segundos que te aseguro, no te va a dejar indiferente.

Esto que te voy a contar puede ser ese primer paso para comenzar una relación libre y en paz con la comida

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