Estamos muy apegados con nuestras creencias, pensamientos, hábitos…¿Y SI…suelta creencias, malos hábitos? ¿Y SI… dejas atrás todo aquello de tu pasado que no te deja avanzar? Si te sigues identificando con todooo ese bagaje, te va a costar mucho continuar este viaje.
Estamos tan identificados con todo eso, que parece y creemos que es parte de nosotros, nos cuesta soltar, hacer y ver las cosas de manera diferente. Todo eso no eres tú, eres tú la que así lo decide… es pasado, es experiencia, aprendizaje, ya no es, solo existe en tu mente, ya no te sirve…¡SUELTA!
Todo empieza en tu mente, si tu pasado es parte de tu presente, es porque tú le das «comidilla» a tu mente, con tu diálogo interior, te asocias con esa vocecita. Esa vocecita, yo la llamo «mi pepito grillo», no eres tú.
Aprendamos de los bebés, cuando comienzan a andar, gatean, se caen, se levantan, arrastran…y luego fíjate, hasta corren. ¿Te imaginas, si se rindieran y como se han caído, ya no lo intentaran más?
Si te sobran kilos, tienes peso de más, malos hábitos…El problema no son los kilos, no es la comida…es tu manera de pensar, es tu manera de relacionarte con la comida, con tu cuerpo.
Es un cambio de mentalidad. Es más, Los resultados no serán de la noche a la mañana, tu peso saludable, tu nuevo estilo de vida sano, no llegará pronto…lo mismo tardará incluso más de lo que esperaba. Por eso es necesario una visión clara y ponerte en acción y continuar y perseverar hasta que lo consigas.
Si tienes claro el QUÉ quieres, PARA QUÉ... tarde o temprano, lo conseguirás, es cuestión de paciencia, actitud, constancia, foco, perseverancia…el problema, te vuelvo a decir, no es el peso, es tu manera de pensar. ¡No te rindas! ¡Merece la pena!
Lo que marca la diferencia, son tus decisiones y ponerte en acción ¡YA!
Siempre hay una pieza de dominó, que es palanca para tirar las demás. ¿Qué pequeña acción puedes hacer por pequeña que sea para poder empezar ya?
¿Conoces la historia del bambú japonés?
Yo me siento muy identificada, «soy muy bambú»….jaja
Aquí te la dejo:
«No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: “crece, maldita seas!
Algo muy curioso sucede con el bambú Japonés, que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras las semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un agricultor inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles.
Sin embargo, en el séptimo año en un período de sólo seis semanas, la planta de bambú crece más de 30 metros! ¿tardó solo seis semanas crecer? No. La verdad es que le tomó siete años y seis semanas desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitían sostener el crecimiento que iba a tener después. Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente, justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo logran el éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
Es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), debemos recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos,- ni abandonemos por no “ver” el resultado que esperamos, pues así está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se rinden, van gradual y progresivamente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga descartar otros»
Te dejo la reflexión a ti…
Antes, una aclaración, el no rendirse, no significa no aceptar…yo siempre parto de ACEPTAR mi momento presente tal cual es, fluyendo, sintiendo y viviendo lo que es, lo único que es y a partir de ahí, tomar la decisión de actuar, de crear mi siguiente «momento presente». No olvidándome de disfrutar del camino, de mi viaje de la vida.
Un abrazo al corazón.
May
***
PD.
Puedes comprar el libro ¿De qué tienes que desprenderte para adelgazar?…Aligera tu mochila emocional. Nominado en los Premios Círculo Rojo 2017, en la categoría de crecimiento personal. ¡Un cambio de paradigma brutal!
Y si te estás planteando un cambio de hábitos, de estilo de vida, sin fecha fin y necesitas apoyo y estás 100% comprometid@ con tu proceso de cambio, coge una sesión de valoración gratuita… pincha aquí .
Deja una respuesta