«Me he pasado en vacaciones, he puesto unos kilitos…bueno, el 1 de septiembre empiezo a cuidarme, seguro…»
¿Te suena?
¿Cuántas veces te la has dicho a ti mism@ o la has escuchado a tu alrededor, amigos, familia, pareja…? “el 1 de septiembre me pongo a dieta, me apunto al gimnasio, me planteo dejar de fumar”…y así una y otra vez, año tras año y te vez envuelt@ en un bucle que se vuelve a repetir todos los años, sobre todo, a la vuelta de vacaciones. Y llega el 1 de septiembre y te pones a dieta estricta, te apuntas al gimnasio….y ¿cuánto dura? Hasta que te cansas y tiras la toalla y te dices: “no tengo fuerza de voluntad”, “no estoy tan mal”, “me gusta mucho comer”, “no tengo tiempo”, «no soy capaz», «nada me funciona»…excusas y justificaciones.
Para que el CAMBIO se materialice, de verdad de la buena, se requiere convicción y priorizar que es lo importante para ti. A lo mejor tu salud no es prioritaria en estos momentos, ni lo ha sido el año anterior, ni el anterior del anterior…
Para vencer todas las excusas tienes que recuperar el control de la situación, se sincer@ contigo sobre los motivos que te alejan de tu objetivo de conseguir hábitos saludables una y otra vez. Y tienes que estar convencid@ de que el cambio es bueno para ti, para tu cuerpo, para tu autoestima, para tu salud….
Plantéate los pros y contras de seguir la vida que llevas: una vida poco saludable, con kilos de más, comiendo mal o más de la cuenta, fumando, bebiendo más alcohol de la cuenta, comiendo cuando estamos tristes, aburridos… a lo mejor también piensas que cuidarte es aburrido o que si mantienes unos hábitos saludables no vas a disfrutar cuando salgas con amigos o tengas eventos especiales.
Cuando te planteas adelgazar, te resulta algo tedioso, un «coñazo», sientes que te estás privando, que las dietas son aburridas…¿así crees de verdad que vas a conseguirlo?…¡Solo de pensarlo, me estreso!
El problema, es que nos enfocamos en el peso, en los kilos, queremos resultados rápidos, ya no nos acordamos de toooooodos los días que en verano nos hemos pasado y muuuuucho, comiendo de más, bebiendo más alcohol de la cuenta, que si heladito ayer – hoy y mañana, que si «siestorra» y nada o poco ejercicio ¡que estoy de vacaciones!…
¿No te cansas de tratar a tu cuerpo como un yo-yó? ahora adelgazo, ahora engordo, ahora como, ahora no…
Formúlate 4 sencillas preguntas:
- ¿Qué tiene de bueno cambiar?
- ¿Qué tiene de malo cambiar?
- ¿Qué tiene de bueno seguir como estoy?
- ¿Qué tiene de malo segur como estoy?
No te empeñes en atajos cortos (dietas milagros que lo que te llevan es a privaciones o pastillas o ayunos, o comer poco…) para llegar cuanto antes a tu destino porque te encontrarás con soluciones que no se sostienen con el tiempo. Por eso tiras la toalla y luego llega el temible efecto YO-YO y te sientes frustrad@ y peor que antes.
Si te has instalado en la cultura de la queja por no bajar esos kilitos o lograr comer de una manera saludable y las cantidades adecuadas, ya te habrás dado cuenta de que no te sirve de nada quejarte.
Como dice Eckhart Tolle en su libro “El Poder del ahora”: “Deja la situación, cambia la situación o acéptala, todo lo demás es locura”
No tenemos en cuenta de que la causa de esos kilitos o sobrepeso, a veces, no son visibles, hay que identificar la causa que no te deja adelgazar o adquirir hábitos saludables de una vez para siempre. El problema no es la dieta, son tus hábitos físicos y psicológicos y el impacto que tienen en tu emocionalidad y motivación.
Hay que trabajar conjuntamente tres dimensiones a la hora de perder peso, que no se suelen trabajar juntas: la parte física, mental y emocional, para que los resultados sean duraderos a largo plazo y mantenidos en el tiempo y no enfocarnos sólo en el peso, como se suele hacer, ya que el peso es una consecuencia de una mala gestión de emociones, malos hábitos y mala alimentación, además habría que incluir el entorno y las creencias que tenemos que a veces nos limitan en la consecución de nuestro objetivo.
No vuelvas a caer de nuevo, este año, en lo mismo, prueba algo diferente, no empieces una dieta que termina, empieza un estilo de vida, aprende a comer de una forma responsable y saludable, a integrar tus hábitos en tu vida social, en tu día a día, aprende incluso a «pecar» de una manera inteligente, aprende a gestionar tu tiempo y sacar un hueco para tí, para tu salud (comer sano, ejercicio, relax…), te aseguro que se puede, sólo tienes que cambiar tu mentalidad y querer hacerlo.
Adelgazar puede ser duro, para muchos, pero más duro es tener ese peso de más, esos kilos que van y vienen, el tener tu autoestima por los suelos porque no te gusta cómo te ves y cómo te queda la ropa, el sentirte pesad@, hinchad@, sin energía….¡eso sí es duro!
El Coaching Nutricional, te puede ayudar, ya que no sólo trabaja la dieta en sí. Trabaja ese cambio interior, ese cambio de mentalidad.
¿Qué puedes perder si pruebas algo distinto? NADA… y sí, mucho que ganar.
¿Y si funciona….?
Si siempre haces lo mismo, año tras años, siempre obtendrás más de lo mismo. Es de «cajón», de sentido común…pero los seres humanos somos como somos…complejos y a la vez, simplemente, maravillosos.
«Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo “.
A. Einstein
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