¿Cómo distinguimos el hambre física y el hambre emocional?
El hambre real o fisiológica:
• Es gradual y paciente.
• Satisface una necesidad física.
• Nos avisa cuando existe una necesidad de nutrientes, es decir nos llena un vacío nutricional.
• Se satisface con cualquier comida (comes algo y se pasa)
• No se repite al poco tiempo.
El hambre emocional:
• Es repentina y urgente.
• Hay una necesidad emocional.
• Llena un vacío emocional (aburrimiento, soledad, estrés, enfado, tristeza…).
• No se satisface normalmente con comida sana, quieres un alimento concreto (alimentos refinados, como dulces, helados o comida basura).
• Se repite cada cierto tiempo (no comes algo y se pasa)
¿Qué hacer en estos casos?
• Escuchar la emoción, el mensaje que nos manda nuestro cuerpo.
• Hacernos preguntas: ¿Para qué como sin hambre?, ¿Qué estoy necesitando?, ¿Qué estoy sustituyendo/ o tapando con la comida?, ¿Realmente tengo hambre real o estoy intentando cambiar el estado en el que me encuentro ahora?, ¿Por qué alternativas saludables puedo sustituir la comida?
• Buscar nuestro “alimento emocional” fuera de la comida.
Tal vez hacer ejercicio, salir a dar un paseo, escribir como me siento, llamar a un amigo o familiar, escuchar música, un baño relajante, tomar una infusión, leer un libro, gritar, bailar, dibujar, hacer ejercicios de relajación centrándonos en nuestra respiración, contacto con la naturaleza…
Si cambiamos nuestra forma de sentirnos, cambiamos nuestra forma de comer.
¿Cómo puedo obtener la misma sensación de bienestar sin utilizar la comida?
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