Comer bien, NO es comer poco, NO es no comer, NO es comer sólo verde, NO es pasar hambre…
Comer bien es darle a tu cuerpo lo que NECESITA en cada momento del día, comida real. Lo que importa es lo que haces cada día, todos los días, el conjunto de la dieta, tu estilo de vida.
Somos nuestros hábitos. Y nuestro cuerpo habla, es un reflejo de los hábitos que tenemos, si estás con kilos de más, sin energía, si te sientes pesad@, cansado, tienes michelines..hay algo que te está avisando que no está bien.
Una vez que aprendas a escuchar tu cuerpo, saber que le sienta bien o mal, comer de una forma saludable, responsable y yo diría incluso inteligente, podrás controlar lo que comes y las cantidades que ingieres y así, sentirte mejor con tu cuerpo, bajar tu peso, quitarte michelines, ganar energía, vitalidad y salud en cada bocado.
Deja de preocuparte por tu peso, empieza a ocuparte de tu salud y tu peso saludable llegarás solo.
¡Jamás va a suceder nada por mucho que quieras y lo desees, si no haces que suceda!. Hay que empezar a ocuparse y hacer cambios. Hay que ponerse en ACCIÓN.
Si cambias tu manera de pensar, cambiarás tus hábitos y forma de comer, cambiará tu cuerpo y tu peso.
¿Cómo puedo empezar? Dame ideas:
- Elimina o al menos, disminuye todo lo que puedas, productos ultra-procesados, pre-cocinados, congelados… y compra más alimentos frescos, estacionales y locales. Si consumes productos empaquetados, enlatados…mira las etiquetas, las etiquetas deberían poner el ingrediente principal y agua y sal, poco más. Si no la entiendes, no compres.
- Menos azúcar y más dulzor natural. Aumenta el consumo de verduras redondas y de raíz (calabaza, batata, zanahoria, remolacha…), frutas secas, dátiles, pasas… y frutas frescas locales.
- Aumenta el consumo de verduras de todo tipo: verdes, de raíz y redondas, crudas o cocinadas en su tiempo justo para bene ciarte de sus propiedades nutricionales y energéticas.
- Si usas leches vegetales, que sean sin azúcares añadidos (avena, arroz, almendras…)
- Pásate a los cereales integrales. Cambia pan, pasta y arroz blanco por el integral y cereales en grano (quinoa, arroz integral, mijo, trigo sarraceno, avena…) y que no lleven azúcares añadidos. Incorpóralos en los desayunos y almuerzos y así, tu cuerpo no te pedirá, al rato, dulces.
- Reduce el consumo de carnes rojas y aumenta el consumo de pescados frescos, huevos gallinas corral, legumbres y proteínas vegetales. La carne si la comes, que sea ocasional y de calidad.
- Descubre las algas, ricas en fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales alcalinos (potasio, magnesio, calcio, hierro y yodo). Aunque no abuses de ellas tampoco.
- Utiliza grasas de buena calidad. Olvídate de las mantequillas, margarinas, embutidos, fritos…y utiliza aceites prensados en frío, frutos secos, semillas, aguacates, pescado azul…
- Haz menús equilibrados, según tus necesidades energéticas. Cereales integrales, proteínas de calidad, verduras, frutas y grasas saludables.
- Crea polaridad en tus platos. Utiliza los estilos de cocción para generar la energía que necesitas en cada momento, dependiendo de cada estación del año (salteados, vapor, hervidos, crudos, guisos, sopas, cremas, horno, plancha…).
- Bebe agua de calidad e infusiones y elimina o al menos reduce al máximo el consumo de alcohol y bebidas azucaradas.
- Come conscientemente, despacio, mastica bien los alimentos y disfruta de cada bocado.
- Cambia las texturas, blando, crujiente, duro, seco y húmedo.
- Juega con los colores. Cada color en los alimentos aporta unos nutrientes beneficiosos para el organismo:
- Verde: excelente para depurar y desintoxicar hígado y vesícula biliar.
- Rojo: ideal para toni car el corazón e intestino delgado, así como aportar más hierro en la sangre.
- Amarillo-naranja: nutre el plexo solar (estómago, bazo y páncreas). Ideal para personas que tienen ansiedad por comer dulces y carbohidratos y para diabéticos.
- Blanco: Puri ca el pulmón y bene cia al intestino grueso.
- Color azulado-morado: perfectos para el riñón y la vejiga.
- Utiliza todos los sabores. Cada sabor tonifica diferentes órganos del cuerpo:
- Salado: riñón y vejiga.
- Ácido: hígado y vesícula biliar.
- Picante: pulmón e intestino grueso.
- Amargo: corazón e intestino delgado.
- Dulce: plexo solar, estómago, bazo y páncreas. Utiliza alimentos que no tengan azúcar re nada, en su lugar, fruta, batata, remolacha, zanahoria, frutas secas naturales…
No hay excusas. La persona que realmente quiere hacer algo, encuentra la forma de hacerlo.
“La vida es según el color del cristal con el que se mira”.
(Ramón de Campoamor)
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