¿Desde dónde te relacionas contigo y con tu cuerpo?

¿Qué es la aceptación a tu cuerpo y a ti?

Hoy vengo con un tema que me requete-encanta: LA ACEPTACIÓN.

A mí esa palabreja me cambió totalmente mi manera de «verme y vivirme». Y cuando hablo de aceptación, me refiero a aceptar lo que es en cada momento, o dicho de otro modo, es hacer las paces con tu realidad tal cual es en este momento: con tu cuerpo, tu peso, tu pasado, tus circunstancias…

Tu cuerpo, tus kilos… cuentan una historia, tu historia. Hablan de ti. Así que, ignorar todo eso, tiene poco o ningún sentido.

Y esto que te cuento supone, en muchísimas ocasiones, un gran bloqueo, y que me encuentro en mis procesos de coaching.

Como no te gusta lo que tienes -tus kilos, tu cuerpo, tu imagen- pues no lo quieres, y si no lo quieres, pues hay una parte muy importante en ti que no aceptas.

¡Vamos, que no quieres estar en tu propio cuerpo! Y entonces, hay una especie de lucha interna porque quieres tener otro cuerpo y quieres que sea distinto a lo que es. 

¿A qué es absurdo y de poco sentido común? ¡Pues ya ves! Vives y habitas en un cuerpo, es el que te ha tocado para este viaje de la vida, y ¡¡NO LO ACEPTAS!!

¿Y sabes? cada una de nosotras, tiene un cuerpo y es el que le ha tocado para hacer este gran viaje de la vida.

¡Te guste o no!

Y, partiendo de ahí, puedes mejorarlo, claro que si. Y hacer cambios para sentirte mejor contigo misma: como perder kilos comiendo saludable, haciendo deporte para estar más tonificada y con más agilidad y vitalidad, puedes también ponerte pelo de distinto color  o cambiar de look, comprarte ropita que te guste, pintarte…. cambios objetivos y realistas.

Pero, el mejor cambio no es solo el físico o externo, sino el cambio interior, el que empieza en tu mente.

Y, fíjate que no te estoy diciendo que te tenga que gustar todo de ti. Ni que te conformes. Puede que no te gusten partes de ti, y aún así, quererte, respetarte, ser amable contigo y cuidar tu cuerpo. Y a partir de ahí, hacer mejoras.

Por eso, aceptación no es resignación. Significa simplemente que aceptas lo que es, AHORA, en este momento, tu realidad actual, tu presente. Porque solo desde de aquí, puedes hacer cambios. Y también te digo, que hay partes de ti, que tendrás que aceptar y -PUNTO-. No quieras medir 1,70, si mides como yo, 1,57.

Así que, aferrarte a que las cosas sean distintas a lo que son, a que tu cuerpo sea distinto al que es, solo te va a generar sufrimiento, y con ello, esa lucha interna, impotencia, estrés, ansiedad y un largo etc. de malestares (muchos de ellos, gratuitos).

Y amiga, te hablo desde mi propia experiencia y la de los miles de procesos de coaching que he realizado y realizo cada día.

Has venido a brillar

Te voy a poner un ejemplo para que me entiendas mejor:

Imagina que tú, eres una flor. Tú has venido a este mundo a ser una margarita y yo, soy un árbol y he venido a este mundo a ser roble. Que yo quiera ser margarita y tú roble, no tiene ningún sentido, ¿verdad?

Tu esencia es ser margarita. Y eso sí, puedes ser la mejor margarita del jardín. La MEGA-MARGARITA.

Con esto te quiero decir, que has venido a brillar de alguna manera, a ser esa mejor versión de lo que puedes ser. Pero desde tu esencia de «margarita».

Por eso, es tan importe, conocerte, comprenderte y aceptarte para poder hacer esa transformación interna y que luego se vea reflejada en tu cuerpo.

Vivimos en una sociedad en la que nos comparamos continuamente. Queremos lo que no tenemos, nos enfocamos en lo creemos nos falta y, es más, cuando lo conseguimo nos damos cuenta de que tampoco es lo que queríamos o no era para tanto o ahora tenemos miedo a perderlo. Y realmente tampoco nos da eso que pensamos que es la felicidad. Y esto causa mucho sufrimiento.

Solo te puedes comparar con la persona que fuiste ayer -la TÚ del pasado- y con la persona en la que te quieres convertir -la TÚ del futuro-. Comprender esto, a mí me ayudó muchísimo en mi proceso de cambio y aceptación. ¡Vamos, en mi TRANSFORMACIÓN!

Cambia tu foco

Por eso, te invito a que cambies tu foco, tu mirada. Desde dónde te miras y te vives. ¿Desde el amor y aceptación a ti? ¿O desde el miedo, lucha y rechazo a ti?

Si quieres tener un peso y unos hábitos saludables, empieza a mirar dentro de ti, y aceptar tu presente tal cual es, con «toda TÚ», es el primero paso, para un cambio duradero.

Lo que resiste persiste, por eso cuando no aceptas, te estás resistiendo y no fluyes, y cuando no fluyes, esa energía se enquista y generas el efecto contrario, además de malestar, ansiedad, estrés, culpa…

Pregúntate: ¿en qué puedo mejorar hoy? ¿Qué pasos puedo dar, por pequeño que sea, para conseguir aquello que quiero? ¿Cuál es mi nivel de compromiso conmigo y mi proceso de cambio? ¿Estoy dispuesta a hacer lo que tengo que hacer el tiempo que haga falta para conseguirlo?

Y ese, primer paso, es pararte , hacerte esas preguntas para tomar conciencia de tu situación actual.

Observa tus pensamientos, tu mente, lo que te estás contando todo el día. Si estás todo el día contándote la misma película (que seguramente es la que te estás contando desde que eres prácticamente una cría) acabas generando más de lo mismo.

Tus pensamientos negativos, tienen un impacto en tóxico en tu organismo y acaban alterándolo.

Cuando cambias tus pensamientos, cambia tu percepción de la realidad. Cambia todo.

Tus pensamientos generan sentimientos y estos, determinan tus acciones. Si te enfocas en el comportamiento, en hacer la dieta «X» o «Y», en tomar pastillas o en ir a una clínica médico-estética, esto te da una pista de dónde estás poniendo tu foco. Lo que estás haciendo es ir a la consecuencia, pero no a la raíz. ¡Vamos, que solo estás parcheando! Y por eso, vuelves a los antiguos hábitos. No se sostienen porque no hay un trabajo interior.

De veras, ni tus kilos, ni la comida tienen la culpa de tus malestares. El problema (tu desafío) es cómo te relacionas con la comida y con tu cuerpo. 

Cambia tu mirada. Dirige la mirada a tu interior.

Tu trabajo de autoconocimiento es la clave, porque no puedes cambiar si no tomas conciencia del verdadero problema desde la raíz. 

La energía y la mirada del amor

Cuando empiezas a mirarte con curiosidad, con otra mirada. Con ojos de amor y de aceptación, todo cambia.

Aunque haya partes de ti, de tu cuerpo que no te gusten, las puedes querer y puedes tener una mirada más amorosa y amable contigo y abrazar, incluso esas partes de ti que no te molan y saber que tienen su función de ser.

Tu cuerpo es una máquina perfecta, y que a pesar de no tratarlo bien, él sigue funcionando. ¿Eras consciente de eso?

Y nunca, nunca, nunca rechazarías a un ser querido (hijos, amigos, pareja, padres, hermanos…) por estar gordo, o con celulitis o por su imagen.

¡¡NUNCA!  Claro que no, porque los quieres. Entonces, si no rechazas a esas personas y las quieres con sus imperfecciones, ¿por qué no te quieres a ti igual o más?

La vida es un gran viaje, a cada una nos ha tocado unas cartas, ni buenas, ni malas. Solo hay que saber jugar la partida.

Y el camino de la vida, está llenito de aprendizajes, habrá de todo, días buenos, días que llamamos malos y reguleros. ¿Y sabes? todo, absolutamente todo, es parte de la vida.

Por eso, esa lucha con tu cuerpo, tus kilos, tu imagen, tu pasado, tus circunstancias, el mundo… es una lucha contigo misma. Y no tiene sentido.

Y cuando fluyes con la vida y abrazas todo eso, te relajas mucho. Porque ahora no es: «¡vaya putada» sino, «ok, la vida me pone este reto, desafío… ¿qué puedo aprender de ello? «.

Y como una manera de conocernos, es a través de las relaciones,  yo te invito a que uses tu relación contigo, con tu cuerpo y con la comida, como la vía de autoconocimiento.

La comida es tu vía de escapa. ¿Qué tapas con la comida? ¿De qué tienes realmente hambre?

Tu peso y kilos, tu mensajero. ¿Si tu cuerpo hablara que diría? ¿Con qué cargas?

¿Y si empiezas una reconquista? Sí, la tuya contigo. ¡¡Reconquístate!!

¿Y si hoy tomas una decisión firme y determinante de empezar a quererte? «Casi na el reto»

Te presto a tres guías, tres palabras mágicas que quiero que lleves a partir de ahora en tu mochila:

  • Autoaceptación
  • Autoamor
  • Autocuidado

Un abrazote cargado de energía.

May

P.D. Si quieres un cambio, yo te puedo acompañar en tu proceso de transformación personal para conseguir una relación sana y en calma con la comida, con tu cuerpo y contigo misma.

¿Cómo lo hago? con mi Programa Grupal Online.

Reserva tu sesión telefónica gratuita para que podamos conocerte un poco más y valorar si eres la persona adecuada para que podamos ayudarte con el Programa.

Regálate estos 13 minutos y 31 segundos.

Para cumplir con el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) es necesario que leas y aceptes la política de protección de datos de la web. Tus datos serán almacenados en GetResponse, un proveedor de email marketing que también cumple con el RGPD.

Sí, es lo que dura el audio de regalo que he creado para ti (potente, potente).

Una conversación privada de amigas, entre tú y yo, en la que te voy a llevar a tomar consciencia en tu relación contigo y con la comida.

¡Y más cosas!

Dentro encontrarás una de las herramientas más poderosas que yo uso de toma de conciencia y por supuesto, te voy a proponer un pequeño reto para que empieces a dar tus primeros pasos hacia una relación en paz y libre.

Deja un comentario

Compartir

Soy May,
Coach NutriEmocional

Para saber quién soy al detalle, comienza por aquí.

"Audio de regalo"

13 minutos y 31 segundos que te aseguro, no te va a dejar indiferente.

Esto que te voy a contar puede ser ese primer paso para comenzar una relación libre y en paz con la comida

Para cumplir con el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) es necesario que leas y aceptes la política de protección de datos de la web. Tus datos serán almacenados en GetResponse, un proveedor de email marketing que también cumple con el RGPD.

Más Artículos

Tu relación con la comida

En las sesiones de Coaching NutriEmocional, hay algunas preguntas que me repiten mucho (de estos meses atrás, más). «¿Por qué

Cuerpo ideal vs. cuerpo real

Una persona que acepta su cuerpo, tal cual es, que no controla ni busca una perfección prácticamente inexistente, es una