Cuando tengas urgencia por comer algo fuera de las comidas, averigua primero si esa necesidad es física o emocional.
Tener antojos no es lo mismo que tener hambre. El hambre tiene que ver con un mecanismo natural de supervivencia mientras que tener un antojo es la forma en que el cuerpo nos solicita desesperadamente un alimento específico. Cuando hay una «necesidad» de comer algo en concreto, en realidad ese antojo nos está comunicando algo. Ese ¨algo¨ puede ser desde una deficiencia de un nutriente específico, hasta una alteración en el estado emocional de una persona.
Antes de ingerir nada, pregúntate:
¿Tengo hambre realmente?
¿Me comería cualquier alimento saludable o me apetece algo en concreto? ¿Qué está pasando en este momento? ¿cómo me siento?…estoy aburrid@, nervios@, enfadad@…
Aprende la “Teoría de la manzana”:
Pregúntate:
«Si tengo realmente hambre…. ¿me comería una manzana?» (o cualquier otro alimento saludable)
-Respuesta es SÍ.
Tienes hambre física. Cómetela y el hambre desaparecerá o al menos aguantarás hasta próxima comida.
-Respuesta es NO.
No tienes realmente hambre física, es hambre emocional.
Uno de los alimentos más adictivos que existe es el azúcar. Se ha comprobado que después de consumir alimentos fuentes de azúcar, las personas experimentan un incremento en la dopamina brindando un mejoramiento inmediato en el estado anímico de forma momentánea. Dada esta respuesta, el organismo vuelve a solicitar esa sensación de bienestar a través del consumo repetido de azúcar, generando así un ciclo adictivo hacia el consumo de dulce y con ello kilitos y más kilitos de más…igual pasa con el chocolate.
Y por otro lado, también podemos tener antojos por ciertos alimentos por carencias de nutrientes en el organismo. Aplica una ¨alimentación consciente», dale a tu cuerpo una alimentación variada y saludable.
Deja una respuesta