¿Tienes tentaciones por comer alimentos «insanos»?
Me refiero a esos alimentos, que sabes que te llevan a la perdición. Esa galleta, que sabes que si empiezas con una, al final te comes el paquete. Esa oncita de chocolate, que te cuando te la metes en la boca ya no puedes parar y acabas comiéndote media tableta o incluso entera. Esas patatas fritas, una, otra…y chas, la bolsa enterita. Esa cucharada de helado que te lleva a otra y otra y acabas rebañando el bote.
¿Quién no ha tenido tentaciones por comer esas cosillas alguna vez?
Cuando deseas, con muchas ganas, «ese algo que no te conviene» (ese chocolate, esa galleta, ese heladito, esas patatas fritas…) tu cerebro comienza a sentirse bien, solo de pensarlo. Lo empiezas a visualizar y a saborear casi sin probarlo. Y empieza a generarse la segregación de dopamina (neurotransmisor que tiene un papel bien conocido en la motivación, el placer y el deseo).
Con este deseo se ponen en marcha los centros de recompensa del cerebro. Sabes que lo que deseas (por ejemplo, esa galleta de chocolate) te va a dar placer y te va hacer sentir bien (aunque sea de una manera efímera y cortoplacista). Lo deseas…¡ummmm!
Esa “sensación de placer” que tu cerebro ya ha comenzado a experimentar se convierte en “urgencia” por conseguir lo que deseas: tu cerebro lo quiere ¡LO QUIERO YA!
La “urgencia” es la parte negativa del deseo.
El cerebro va a generar una cascada de hormonas estresantes para que consigas eso que deseas cuanto antes. Es decir, tu cerebro se estresa y quiere «ese algo» de inmediato. Por eso, te cuesta en ese momento, pensar con calma, no controlas ni qué, ni cuánto, ni cuándo…estás atrapada por el deseo incontrolado.
Para gestionar esa respuesta estresante del cerebro, cuando deseas algo con esa urgencia (ese antojo), me encanta usar una técnica fácil y rápida, que aprendí de Elsa Punset. Ella ofrece una estrategia (propuesta por neurólogos) que conlleva dos pasos a seguir.
Estrategia para gestionar el antojo:
PASO 1. Fíjate y pon atención en eso que deseas y que sabes que no te conviene. No le niegues a tu cerebro lo que deseas, fíjate en lo que quieres, reconócelo y acéptalo.. pero no lo comas aún. «Me apetece ese chocolate, o esa galleta, o ese helado, o esas patatas fritas…». Así disminuyes la respuesta estresante del deseo.
PASO 2. Espera 10 minutos antes de ceder al deseo. Una vez que lo reconoces, dile a tu cerebro que tendrá lo que quiere, pero dentro de diez minutos. «Vale, me apetece esa galleta, ese helado… me lo comería ahora mismo, pero voy a esperar 10 minutos». Le dices a tu cerebro, que espere y que lo tendrá en 10 minutos.
Tu cerebro, cuando conoce las reglas del juego se calma y frena esa urgencia que parecía incontrolable. Frena esa cascada de hormonas estresantes que causan los deseos. Es una manera de entrenar el autocontrol y la resistencia a dejarse llevar por esos antojos incontrolados e insanos, en la mayoría de ocasiones.
Es muy importante esperar y aguantar esos 10 minutos. Aquí está la clave. Tú puedes, te lo aseguro. Y durante esos 10 minutos, haz algo que te mantenga distraída (piensa o haz otra cosa) y por supuesto, establece cierta distancia con respecto a la tentación y tu deseo. Como enseña el Mindfulness, dejar un espacio, entre el estímulo y la respuesta, para tomar decisiones más alineadas a tu objetivo saludable.
Céntrate en la respiración, la mejor llave y ancla para conectar con el momento presente (momento Mindfulness). Pero puedes hacer muchas cosas, como llamar a una amiga, salir a dar un paseo, hacer ejercicio físico, escribir en un papel cómo te sientes (y luego puedes romper ese papel), utilizar un mantra o frase o afirmación empoderante (yo puedo, yo soy capaz, yo soy más fuerte que mi tentación, es una falsa amiga…), un baño relajante, ponerte a leer, a escuchar música, limpiar u ordenar la casa…
En este tiempo logras aminorar la tentación y estarás en mejores condiciones de tomar una decisión saludable, cuando pasen los 10 minutos.
Serás “más dueña de ti y menos esclava de tu tentación”. Necesitas ejercer autocontrol para conseguir tus metas saludables. Es decir, se trata de muscular esa capacidad de aguantar esa frustración de ahora, para conseguir tu meta, más adelante. Al principio, no será fácil, pero entrenando y practicando regularmente y con un poco de paciencia, te aseguro que te compensará a medio y largo plazo. Y así, conseguirás disminuir esa respuesta ansiosa y estresante del cerebro.
Y antes de comer «ese algo», pregúntate:
¿Qué haría una persona que se quiere y se respeta a sí misma y a su cuerpo? ¿Qué haría una persona que se cuida, que tiente control en una situación similar?
¿Tienes realmente ganas de «ese algo» o tienes hambre de verdad? si es hambre de verdad y no es hora de comer, puedes tomar una infusión, un puñado de frutos secos naturales, una fruta…
¿Qué beneficio/s obtienes si lo comes? ¿Y si no lo comes? ¿Para qué lo quieres en este momento? ¿Qué hay detrás de ese deseo? ¿Qué emoción estás sintiendo? ¿Qué pensamientos te llegan?
Una vez pasado esos 10 minutos, si has resistido la tentación, enhorabuena. Has ganado la batalla y tú controlas. Cuanto más practiques más dueña serás de tus deseos y estarás entrenando y fortaleciendo tu músculo del autocontrol.
Si te ha podido la tentación, esta vez, no pasa nada, analiza la situación y aprende que ha pasado y cómo la puedes sortear y ganar la partida la próxima vez que aparezca. No te rindas, las cosas no salen a la primera, lo importante es ir tomando consciencia y practicar.
Espero que te venga bien esta estrategia exprés para empezar a muscular el autocontrol y entrenar tu mente para conseguir tus metas saludables.
Ya me contarás y si te parece interesante, ya sabes, comparte y vamos a muscular la resistencia a las tentaciones insanas que luego hacen que te sientas mal y con sentimiento de culpabilidad.
Un abrazote cargado de energía.
May
PD.1. Si te estás planteando un cambio de hábitos de verdad, para empezar un estilo de vida saludable, sin fecha de fin y me dejas acompañarte en tu viaje de transformación personal, hablemos. Soy una «copiloto» experimentada en este tipo de viajes de transformación. No es una dieta, es un programa de coaching nutriemocional. Primero tu mente y luego tu cuerpo.
Te invito a un café virtual, dónde veremos qué necesitas y si yo soy esa persona que puede ayudarte.
Sí May, estoy interesada y quiero hacer que las cosas sucedan>>
Me ha parecido muy interesante, práctico y sobretodo factible!
Gracias Mar
¡¡Y…A poner en práctica!!
besitos
May
Buenas herramientas!!! Gracias
Genial, pues a poner en práctica 🙂
bs