Solemos poner toda nuestra energía en la báscula y es un error, ya que el peso es una consecuencia de una mala gestión de emociones, (somos “comedores emocionales”, comemos por ansiedad, estrés, soledad, enfado, impotencia…), de unos hábitos insanos o inadecuados, que llevamos acarreando mucho tiempo, de creencias limitantes y de un entorno que nos condiciona constantemente…
Deja una respuesta