¿Eres de los que sueles comer cuándo te sientes triste, sol@, aburrid@, estresad@…? ¿Acudes a la comida como bálsamo emocional para tapar esas emociones negativas?
Y no solo cuando te sientes mal, puede ser que la tengas también asociada como recompensa, relax, premio…Esto es lo que actualmente se conoce como hambre emocional.
Si estás angustiad@, estresad@, aburrido@… y buscas compensarlo con la comida, ya sabes que no es una solución adecuada a tus problemas, ya que el problema seguirá ahí y con el tiempo lo que tendrás es otro problema más asociado, como pueden ser kilos de más, sobrepeso o incluso alguna enfermedad, además de una baja autoestima y aislamiento.
En estos casos, la comida se convierte en tu falso amigo.
El desequilibrio emocional, puede llevarte a comer de más y perder el control de lo que comes y aunque la comida da placer, ya sabes, que ese placer es efímero, cortoplacista e inmediato…
Antes de lanzarte a comer pregúntate:
¿Realmente tengo hambre o quiero cambiar el estado emocional en el que me encuentro?
Si piensas que es hambre física, pregúntate:
¿Me comería una manzana (o cualquier otro alimento saludable)? si es no, porque es algo muy concreto, y generalmente, poco saludable, no suele ser hambre física.
Si no es hambre física.
Pregúntate:
¿Cómo puedo obtener esa misma sensación, bienestar sin utilizar la comida (como calmante)? ¿Cómo puedo sentirme más relajad@?
Puedes: bailar, deporte, sexo consentido, pintar, cantar, masaje, meditación, hobbies, buscar apoyo amigo-profesional, limpiar, gritar como desahogo, escribir, apuntarte a un voluntariado, un baño, escuchar música, respirar conscientemente, mantras, leer, escuchar audios o vídeos de autoayuda, sacar a tu perro (si tienes), paseo…
Cuando aprendes a escuchar a tu cuerpo (su mensaje), sabes qué le apetece, qué le sienta bien o mal, sabes distinguir cuándo tiene hambre física (necesidad real y hay que darle alimento-nutrientes) o es hambre emocional (hay que darle alimento emocional), esta no se sacia con comida.
Cuando taponas la emoción con comida, ese vacío no se llena, la comida (normalmente no sana) te aportará consuelo y placer momentáneo, c/p, efímero, pero luego te hará sentir peor y el problema seguirá ahí.
Es probable que pierdas, incluso el control (por más que comas, no te sientas mejor, no te llenas).
Intenta buscar esa sintonía, aprender a escuchar y satisfacer las necesidades del cuerpo-mente-emociones.
Deja una respuesta