Lo que te hace comer, tus pensamientos saboteadores

¿Alguna vez has tenido esa sensación de que comes de manera automática? ¿como si fuera algo que está más allá de tu control consciente?

Realmente, el acto de comer, no es un proceso automático (aunque parezca, a veces, que sí). Los procesos automáticos son involuntarios, como por ejemplo, el latir de tu corazón, la digestión de los alimentos…Tú no decides cuando late tu corazón, ni cuándo se pone en funcionamiento el proceso digestivo pero, tú si decides comer.

¿No te parecen buenas noticias? porque esto significa que puedes aprender a controlar mejor las decisiones que tomas a la hora de comer.

El pensamiento siempre viene primero. Es posible que no seas consciente de ello, pero siempre hay un pensamiento antes de comer.

Por ejemplo, tienes un paquete de galletas en la cocina y si comes la galleta, tienes que ir a la cocina, coger el paquete, abrirlo, coger la galleta y metértela en la boca. Todo eso no es involuntario.

Los pensamientos influyen sobre tus actos. Antes de comer la galleta, has pensado en ella, y puedes hacer dos cosas, según el tipo de pensamientos, o puedes ir a la cocina, cogerla y comerla o, aceptar que te apetece pero no te la vas a comer porque no quieres picar entre horas y más snacks insanos. Es decir, puedes elegir, comerla o no comerla.

Los pensamientos que te llevan a actuar de forma desfavorable, son pensamientos saboteadores. Y los pensamientos que te llevan a actuar de manera más favorable, son pensamientos productivos.

Lo importante, es aprender a controlar y a responder a esos pensamientos saboteadores. Ya que a veces, incluso un pensamiento saboteador te lleva a otro y otro y acabas en tu bucle particular. Puede que te hayas comido una galleta y como ya te has abierto la veda, acabas con el paquete entero. ¡Total, ya la he fastidiado, que me más da 1 que 4, que el paquete entero!

Y te preguntarás ¿cómo puedo controlar y responder a mis pensamientos saboteadores?

En las sesiones de coaching, funciona muy bien, tener tarjetas con recordatorios. Ya que, en la gran mayoría de ocasiones, cuando vas a la cocina, en cuasi- automático, tener una tarjeta pegada en frigorífico, o un post-it, con alguna frase que te recuerde, por ejemplo, que no es hora de comer; qué estás trabajando tu resistencia a las tentaciones; que si comes ese algo insano, tendrás un placer momentáneo pero que después te sentirás peor… cualquier frase que te conecte de nuevo contigo misma y puedas tomar una decisión acertada, más acorde a tu objetivo saludable.

Puedes aprender a controlar esos pensamientos, es cuestión de entrenamiento y para ello, la toma de consciencia y la atención a lo que ocurre en cada momento, es fundamental.

Los pensamientos improductivos pueden sabotear cualquier objetivo saludable ya que, te animan a comer y te justifican además, el que lo hagas.

¿Te suenan frases como: «sé que no debo comerlo, pero por un día no pasa nada; he tenido un mal día; si no lo como, irá a la basura; me apetece mucho comerlo; todo el mundo lo hace; estoy de celebración; mañana empiezo…?

Este tipo de pensamientos improductivos, además, merman tu seguridad y la confianza en ti misma, ya que, no solo te hacen comer lo que no debes, sino que después de haber comido ese algo insano, o más de la cuenta, te aparecen pensamientos como, “no debería de habérmelo comido; soy muy débil; así no voy a ser capaz de perder peso; tengo poca fuerza de voluntad; soy un desastre; no me funciona nada; no me puedo controlar….

Es más, este tipo de pensamientos saboteadores incrementan tu nivel de estrés, de ansiedad y malestar… por lo que no te llevan por buen camino.

Si pones atención, antes de lanzarte a comer, te darás cuenta de que ese acto de comer, empieza siempre, antes, con un desencadenante. Los pensamientos saboteadores aparecen cuando hay alguna situación, que estimula tu pensamiento. Es decir, hay un estímulo y una respuesta.

Ese estímulo puede ser:

  • Ambiental, es decir, por el olor, por el sabor.
  • Biológico: hambre o sed, o incluso un deseo compulsivo de comer.
  • Mental: te imaginas comiendo algo que te gusta mucho y acaba sucumbiendo a la tentación.
  • Emocional: aburrimiento, estrés, ansiedad o por recompensa o premio.
  • Y social: todo el mundo lo hace y haces lo mismo que los demás.

Si consigues identificar los desencadenantes de los pensamientos saboteadores, que te llevan a comer de un modo desfavorable, puedes minimizar la exposición a dichos pensamientos y cambiar tu reacción ante ellos, para así tomar buenas decisiones.

La cadena de sucesos que te lleva a comer es muy simple:

  • Aparece un desencadenante: por ejemplo, un compañero de oficina, te ofrece una galleta.
  • Tienes un pensamiento: “qué buena pinta tiene”.
  • Tomas una decisión: “voy a probar solo una”.
  • Y actúas: te comes, no una, sino varias.

A veces, incluso, hay una lucha interior previa: “creo que voy a comérmelo, pero no debería, pero me apetece mucho. Pero sé, que no debería de comérmelo… pero tiene tan buena pinta”….. y esa discusión interior, te hará que tomes una u otra decisión dependiendo de si tienes o no entrenado tu “músculo de la resistencia”.

Entrénate para neutralizar esos pensamientos saboteadores, que te conducen a comer de forma inapropiada.

Lleva tú el control, para que te permita empezar un estilo de vida saludable, y que el hecho comer de una forma sana, se convierta en una prioridad para ti, más importante que complacer a otras personas, o satisfacer un deseo momentáneo, que sabes, de sobra, que no te compensará a posteriori.

Así, hasta que lo hagas un hábito y encuentres ese equilibrio interior, entre disfrutar, tu peso saludable y tomar buenas elecciones.

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4 comentarios en «Lo que te hace comer, tus pensamientos saboteadores»

  1. Me encantó el post es cierto, nos intentamos consolar con la comida como si fuera un premio a un mal día, a un capricho no pasa nada, mañana empiezo que hoy no tengo otra cosa en la nevera… y así día tras día hasta que perdemos el control de nuestras propias decisiones. Me encanta eso de poder pensar antes de comer!!! gracias lo quiero empezar a practicar!!

    Responder
    • Hola Stella.

      Cuanta más presencia a la hora de comer, más consciente estarás. Y eso te ayudará a tomar decisiones, cómo parar antes de llenarte, saber si comes porque realmente tienes hambre, o tal vez, estás aburrida, o tristona…o lo que sea.

      Pero para ello es importante, parar, para no ir con pilotillo automático.

      Observa esta semana qué comes, para qué, cómo te quedas…todo eso te dará información.

      Besitos
      May

      Responder
  2. ¡Hola May! Vine desde el email a leer este artículo y me pareció de mucha ayuda (aunque muchas cosas las sé y no las aplico) sin duda como más por ansiedad que otra cosa, pienso que no hace mal si me como esto o aquello y luego me siento mal, afortunadamente, estoy entrenando mi mente y ya soy mas consciente (o incluso horas después) me doy cuenta de que esa comida no valió la pena, ya que realmente llené mi estómago pero no me trajo ninguna solución a mi problema. Sin duda haré los recordatorios en mi refrigerador, creo que podría ayudarme mucho ¡Muchas gracias!

    Responder
    • Hola María!
      Tomar consciencia es fundamental.
      Antes de lanzarte a comer, cuando realmente no es hambre física, preguntarte para qué comes lo que comes y que te está diciendo en ese momento, es fundamental.

      Auto-Observación es vital. Durante una semana prueba a observar qué comes, para que, cómo te sientes…

      Un besote y a practicar
      May

      Responder

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